Hay abundantes restos de castros levantados por los celtas, principalmente, el yacimiento arqueológico de Bouza Fariña, en Mougás, en el cual se encontró un altar de sacrificios que ahora se encuentra en el Museo Arqueológico de Pontevedra. Y en Viladesuso hubo una villa romana con una ara que actualmente se encuentra en el Museo Diocesano de Tuy.
Sin embargo, la historia de Oya comenzó a girar en torno al Monasterio de Santa María de Oya, fundado por Alfonso VII en 1132 como abadía, siendo su primer abad Pedro de Incio.
En 1185 adoptó la reforma cisterciense, sometiéndose a la abadía de Claraval la cual se incorporó en 1547 a la congregación cisterciense de Castilla.
Dicho monasterio fue desamortizado y vendido a particulares en 1835, cuando la iglesia del monasterio se convirtió en iglesia parroquial.